Fetichismo sexual y sus fetiches
Existen situaciones y objetos que nos permiten disfrutar del sexo de una manera peculiar. Te proponemos un viaje al mundo del fetichismo sexual y los fetiches. Conoce qué son y qué pueden hacer por tu placer.
El fetichismo es una práctica sexual que consiste en conseguir la excitación sexual y el logro del orgasmo gracias a la interacción, sea esta del tipo que sea, con un objeto o situación fetiche. En pocas palabras, el fetichismo es la orientación del deseo hacia un fetiche sexual, y es una de las muchas peculiaridades de las relaciones sexuales humanas.
Existen muchos modos de desear, y el fetichismo es una más entre las diversas opciones que tenemos a nuestro alcance. Se trata de una alternativa tan peculiar y variada como estimulante, ya que podemos sentir, disfrutar y excitarnos con una enorme diversidad de fetiches. En contra de lo que puede parecer a primera vista, no es algo reservado a hombres y mujeres con una sexualidad extravagante, sino que todos podemos incluir algún fetiche en nuestra vida sexual.
Qué es un fetiche sexual
El fetiche sexual es un objeto o una situación que desencadena el deseo, la excitación y, finalmente, el orgasmo. El fetiche puede ser discreto y desencadenar ligeramente nuestro deseo sexual, o ser salvaje, y conducir al individuo a una excitación intensa en solo unos instantes. Entre estos dos extremos hay un continuo de posibilidades, en función de los gustos y deseos de cada persona y de su relación con sus fetiches.
La cualidad fundamental del fetiche sexual es que tiene un gran poder para erotizar y excitar. En general, el ser humano tiende a perseguir aquello que le gusta o le provoca placer. Gracias a este mecanismo, la persona que descubre que incluir uno o varios fetiches en su vida sexual la vuelve más placentera suele repetir, y mientras obtenga rendimientos deseables para su satisfacción erótica, seguirá disfrutando de sus fetiches en su cotidianidad sexual. El fetiche se convierte así en un instrumento, si no necesariamente imprescindible, muy deseable para la práctica sexual de quien lo emplea.
Los fetiches sexuales no son universales, por supuesto, lo que significa que determinados objetos, situaciones, o zonas corporales, pueden tener un poder erótico potentísimo para unas personas y, por el contrario, dejar en la más completa indiferencia a otras, e incluso causarles un gran estupor, al no comprender que puedan resultar excitantes para alguien. Por consiguiente, cada fetiche sólo será excitante para quien lo perciba en clave sexual o erótica.