Pablo Alborán canta en Miami el disco que hizo a Venezuela
Pablo Alborán preparaba en 2017 su aplaudido disco Prometo en los estudios Art House de Miami cuando las noticias de las protestas en Venezuela se colaban entre letras y notas.
“Allí estaba trabajando con nosotros una chica llamada Mariana. Sus padres pasaron varios días encerrados en un centro comercial escapando de la violencia. Sé muy bien lo que se sufre allí”, nos contó el artista español, quien se encuentra emocionadísimo de traer a la ciudad y “como debe ser” su show.
“Para mí es como un cierre. El origen se encuentra con el presente”, indicó al referirse al concierto que dará este sábado en el anfiteatro del Bayfront Park. “Es la primera vez que traigo mi show completo a Miami y que sea en este momento, con este disco, me emociona y me ilusiona”.
Espera dejar al público tan inspirado como Miami lo deja a él. “Cantaremos los éxitos de Prometo y de discos anteriores. La magia está ahí”, añadió.
Un componente esencial de esa magia la tiene sin duda el propio Alborán. A sus 29 años sigue afinando su increíble talento como compositor, su voz cada vez más madura y un aplomo usualmente reservado para más años de vida. Se define como un hombre “muy tranquilo”, que tiene una pasión que lo ha llevado a tener experiencias extraordinarias. Por eso se aferra con la fuerza que un náufrago a una tablita en alta mar a la “belleza de la cotidianidad”.
“Las cosas normales de la vida son las que me mantienen firme. Soy obsesivo con el deporte, amo el cine, ir a la playa. Estar con mis amigos. Eso es lo mío”, aseguró.
Aun así cada vez que vive un show se le reafirma la idea de que “quiere morir sobre el escenario”. También la certeza de que para él la música es vida. “Es mi manera de dar sentido a lo que me rodea”.
En los pequeños descansos insertados en medio de la gira se ha rodeado de música. “Me escuché todos los discos de las bandas sonoras nominados a los Goya”, expresó. También ha explorado compositores de música clásica nuevos para él. “Siempre estoy preguntándome qué más hay”, manifestó.
Sobre el Prometo Tour, no tiene más que buenas experiencias, aseguró. “A veces temo que sea una de esas cosas que solo pasan una vez”, reconoció. Sus fans lo dudan. También a quienes le han visto por años rodearse de todo tipo de música buscando inspiración. “No me importa correr riesgos, experimentar con otros estilos musicales. Lo único que no quiero es perder mi esencia”, señaló.
Con eso en mente se acercó a la música urbana. “Ahora vivimos en momentos en que la música que se hace es muy parecida. Hay que hacer un esfuerzo por hacer el aporte desde lo diferente”, subrayó. Es lo que espera haber logrado con “La llave”, su colaboración con la agrupación colombiana Piso 21. Le gustaría hacer algo similar con Sebastián Yatra, un artista al que admira por “su valentía musical. Es un artista que hace un reguetón, una balada , canta en inglés y sigue siendo él mismo”.
El que esté llegando a Miami a cantar las canciones de Prometo cuando las calles de Venezuela están de nuevo convulsas le hace pensar en otro círculo, que espera que “por nada del mundo” se convierta en una espiral. Tenía la esperanza cuando conversó con nosotros de poder celebrar el regreso de la democracia al país suramericano porque está “en contra de cualquier dictadura. Esto no es una cuestión ideológica, sino de humanidad”.
Las entradas están prácticamente agotadas, por lo cual se siente agradecido. Sabe lo que significa esto, justamente la misma noche en que el artista del trap Bad Bunny cantará también a pocas cuadras. “Hay música para todos y para todo”, dijo. “Hay que ser honesto y entregarlo todo, es lo que cuenta”.