Qué puede pasarte si comes demasiado queso
El queso es una rica fuente de grasa que puede provocar acidez estomacal, acné, inflamación y otras afecciones en nuestro cuerpo. sobre todo cuando comemos esta proteína en exceso
Con tantas variedades de queso disponibles, esta comida versátil y sabrosa seguramente complementará y realzará cualquier plato, desde pizza hasta tacos e incluso un sofisticado plato de charcutería.
Pero comer queso puede desencadenar una serie de efectos secundarios que pueden afectar tu cuerpo y tu salud, especialmente cuando no se consume con moderación.
Estas son algunas de las consecuencias de comer demasiado queso:
Estreñimiento
Comer cantidades excesivas de queso puede provocar estreñimiento ya que el queso tiene un alto contenido de grasa y un bajo contenido de fibra, lo que puede ralentizar la digestión y dificultar el paso de las heces a través de los intestinos.
Inflamación
La proteína llamada caseína, presente en la leche y un componente importante del queso, puede provocar potencialmente varios efectos secundarios y problemas de salud.
Un efecto secundario significativo relacionado con el consumo de caseína es la inflamación como una forma de respuesta inmunitaria de nuestros organismos.
Además, el queso tiene un alto contenido de grasas saturadas, lo que puede promover la inflamación en el cuerpo y potencialmente agravar las condiciones existentes de la piel que se verán más adelante, como el acné.
Acidez estomacal
El queso es una rica fuente de grasa y puede provocar acidez estomacal en personas susceptibles. Cuando comemos demasiado queso, su alto contenido de grasa puede relajar el esfínter esofágico inferior (EEI), un músculo que normalmente evita que el ácido del estómago fluya hacia el esófago.
Acné
Algunas personas pueden experimentar brotes en la piel o un empeoramiento del acné como resultado del consumo excesivo de queso.
Lo que podría atribuirse a las hormonas presentes en la leche, incluido el factor de crecimiento similar a la insulina 1 (IGF-1), que puede estimular la producción de sebo y contribuir a la obstrucción de los poros.
Sabemos que cuando se trata de productos lácteos, existe evidencia limitada que sugiere que la leche o el queso pueden influir en el acné, pero las pautas de la AAD establecen que la calidad y la solidez de la evidencia son limitadas e inconsistentes.
En ese sentido, la AAD concluyó que en este momento no se recomiendan cambios dietéticos específicos para el tratamiento del acné, pero para prevenir es mejor mantenernos alejados del queso.
Por Ambar Román