Qué pasa en tus riñones si comes ajo y cebolla
El ajo y la cebolla son excelentes opciones para condimentar alimentos y son consideradas por algunas corrientes científicas como anticancerígenas y antibióticas. Siempre es mejor consumirlas crudas excepto en las personas con un colesterol alto
El ajo y las cebollas son alimentos que se encuentran en casi todas las casas del mundo. Se puede agregar a cualquier plato mientras se cocina para obtener más sabor y sabor. En el caso de las personas con problemas renales, son ideales como condimentos de sus comidas.
Un estudio ha demostrado que la alicina (un compuesto derivado de la trituración del ajo) es beneficiosa para el tratamiento de enfermedades renales graves como la enfermedad renal crónica (ERC).
Los estudios también han demostrado que el ajo puede ser útil para promover la salud renal debido a sus propiedades diuréticas. Le indica al riñón que elimine cualquier exceso de toxinas y minerales a través de la micción.
Las propiedades antioxidantes, antibacterianas y antiinflamatorias del ajo lo convierten en un alimento nutricionalmente denso, especialmente para los pacientes renales, ya que ayuda a prevenir un mayor daño a los riñones.
La presión arterial alta es una de las principales causas de la enfermedad renal, ya que puede dañar los vasos sanguíneos del riñón. Cuando los riñones están dañados, no pueden funcionar de manera eficiente.
Las propiedades antioxidantes del ajo son beneficiosas no solo para los pacientes con enfermedad renal sino también para las personas que padecen hipertensión, ya que puede reducir el estrés oxidativo en los vasos sanguíneos y mejorar el flujo sanguíneo.
Pero debes tener cuidado, porque comer ajo en exceso, puede proporcionarle a tu organismo grandes cantidades de sodio que puede afectar a tus riñones
Comer demasiado ajo puede causar hinchazón, problemas digestivos, mal aliento, entre otros. Por lo tanto, el hecho de que el ajo sea saludable no significa que deba consumirse en grandes cantidades.
Los beneficios de las cebollas
Las cebollas tienen propiedades vasodilatadoras, antibacteriales, antiinflamatorias, antiiartríticas y muchas más… También es un excelente antigripal, protector hepático y combate úlceras, el asma y la diabetes.
Por años las abuelas latinas usan las cebollas en remedios caseros para combatir malestares estomacales, gripes y quemadas. Son antiinflamatorias y nos ayuda en caso de dolor general, hinchazón de la osteoartritis reumatoide, alergias derivadas del asma y trastornos respiratorios.
Gracias a su alto contenido en potasio y bajo en sodio, es ideal para casos de retención de líquidos, por ejemplo. Para mujeres embarazadas es también una fuente excelente de folatos o ácido fólico, vitamina imprescindible para evitar malformaciones en el feto.
los doctores especialistas en nutrición recomiendan que siempre es mejor ingerir la cebolla cruda, a excepción de las personas con el colesterol alto. Para estas se aconseja que la consuman cocida ya que así evitamos su absorción.
El ajo crudo no solo es bueno para los pacientes renales, sino también para las personas que sufren de niveles altos de colesterol y triglicéridos.
Por Ambar Román